Germán Gorraiz López
ALAI, América Latina en Movimiento
El inicio de la retirada por la Fed
de sus medidas de estímulo a la economía estadounidense consistentes en 85
millones de $ mensuales destinados a la compra de activos aunado con la
anunciada subida de tipos de interés de la Fed para el 2015, podría desatar de
nuevo el nerviosismo en Wall Street y provocar que el Dow Jones de Industriales
(situado por encima de la barrera estratosférica de los 16.000 puntos), salte
por los aires y se encamine hacia la barrera psicológica de los 15.000 puntos.
Así, tras la crisis en las divisas en
mercados emergentes y la psicosis desatada en China ( Yancheng), por la
presunta insolvencia de entidades bancarias locales debido al exceso de crédito
concedido y al creciente porcentaje de activos tóxicos que acumulan las
entidades rurales, no sería descartable que los inversionistas se distancien de
los activos de renta variable como el mercado de valores de Dow Jones. Ello,
aunado con el dato de actividad manufacturero de China del mes de Febrero que
según la ONE (Oficina Nacional de Estadística china ) cayó hasta los 50,2
puntos con lo que vuelve a contraerse por tercer mes consecutivo, podría hacer
que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial y derive en
una psicosis vendedora que podría terminar por desencadenar el estallido de la
actual burbuja bursátil tras unas ganancias récord del 28,5% en el Dow Jones
Industriales; del 29,6% en el S&P 500; del 21% en el IBEX 35 y más del 40%
en el Nikkei japonés , rememorando valores de 1.997.
Génesis de la actual burbuja bursátil
La burbuja actual sería hija de la
euforia de Wall Strett (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras
las políticas monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han
inundado los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros
con la esperanza de relanzar la economía, más aún cuando las colocaciones sin
riesgo (deuda de EEUU o de Alemania), no retribuyen nada a los inversionistas.
Racionalidad limitada: La desconexión
con la realidad por parte de los inversores les llevaría a justificar la
exuberancia irracional de los mercados ( creándose un mundo virtual de
especulación financiera que nada tendría que ver con la economía real) y a
extrapolar las rentabilidades actuales como un derecho vitalicio lo que unido a
la pérdida de credibilidad de las agencias de calificación como Moody's (al no
haber predicho la actual crisis), coadyuva a que el mercado permanezca
insensible al recorte de rating de las compañías que cotizan en la bolsa.
Especulación: El proceso especulativo
impulsa a comprar con la esperanza de sustanciosas ganancias en el futuro, lo
que provoca una espiral alcista alejada de toda base factual. Así, el precio
del activo llega así a alcanzar niveles estratosféricos hasta que la burbuja
acaba estallando (crash) debido a la venta masiva de activos y la ausencia de
compradores, lo que provoca una caída repentina y brusca de los precios,( hasta
límites inferiores a su nivel natural) dejando tras de sí un reguero de deudas
( crack bursátil).
Incertidumbre sobre el nivel suelo de
los valores bursátiles: Un inversor está dispuesto a pagar un precio por una
acción si le reporta dinero en el futuro, por lo que el valor de dicha acción
es el total de flujos esperados. El nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel
en el que confluyen beneficios y multiplicadores mínimos), se situaría en la
horquilla de los 14.000 y 15.000 puntos en Mercados Bursátiles como el Dow
Jones, debido a la mayor virulencia y profundidad que presenta la crisis económica
y muy lejos de los estratosféricos valores actuales (superando los 16.000
puntos y rememorando valores de 1.997).
Sin embargo, los inversores empiezan
ya a sentir el vértigo de la altura ya que se espera que a lo largo del 2014
baje el porcentaje de los resultados empresariales que se destinarán a
dividendos así como el número de empresas que repartirán el mismo y además,
tras el freno a las políticas monetarias destinadas a reactivar la economía por
parte de la Fed, los inversionistas intentarán exponerse menos al riesgo con el
consecuente efecto bajista en las cotizaciones de las acciones.
Se habría así producido un cambio en
las expectativas del mercado, existiendo ahora la convicción de que las
políticas de rescate financiero (Programa de Apoyo para activos con problemas
(TARP) llevado a cabo por las Administraciones y las sucesivas bajadas de tipos
de interés de la Fed y el BCE habrían aliviado los problemas de liquidez de las
entidades financieras, pero no impedirán que los bancos se sigan descapitalizando
y necesiten más inyecciones de capital.
Ello unido al incesante aumento de la
Deuda externa contribuirá a que la prima de riesgo aumente y el crédito siga
sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales, lo que aunado con el
hecho de que los diferenciales de rentabilidad entre las emisiones de deuda
pública entre los diversos países del primer mundo han aumentado en los últimos
meses, (lo que conlleva un encarecimiento y mayores dificultades para obtener
financiación exterior) y la reducción de las exportaciones de los países
emergentes debido a la severa constricción del comercio mundial podría originar
el estancamiento de las economías occidentales en el segundo semestre del 2014,
con lo que asistiremos a la enésima corrección a la baja de las optimistas
previsiones del FMI para la economía mundial en el 2014 que estimaba tasas de
crecimiento positivas del 1,4% para la Eurozona; del 2, 8 % para EEUU y del
3,7% para el conjunto del PIB mundial. .
Si a ello le sumamos el riesgo latente
de un default controlado de los países periféricos europeos, (Ucrania, Grecia,
Portugal, Italia y España), las dudas sobre la capacidad de endeudamiento de
EEUU, el estallido de la burbuja inmobiliaria en China (la inversión enfocada
en el sector inmobiliario aumentó un 23 % en el 2013, por lo que los expertos
estiman que de producirse dicho crash causaría un impacto a nivel global 10
veces superior al que provocó el colapso del emirato petrolero de Dubai), la
existencia de factores geopolíticos desestabilizadores ( Siria, Irán, Libia,
Ucrania, Corea del Norte) y el regreso de la especulación en las commodities
agrícolas de la mano de los fondos de inversión podría producir una psicosis
vendedora y originar un nuevo crack bursátil que tendría como efectos benéficos
el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar estructuras,
restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado y como daños
colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados
por las luces de la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el
consecuente efecto dominó en la declaración de quiebras.
- Germán Gorraiz López es analista
internacional
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