ALAI, América Latina
en Movimiento
“Somos una casa invadida por las termitas. Por fuera todo se mira bien. Ahora se construye mucho, se hacen grandes carreteras con el dinero del petróleo, se hará mañana una gran ciudad, hasta cambiarán por otra a nuestra Caracas, pero la procesión va por dentro, hijo. El suelo se sostiene sobre el aire. El corazón de la tierra ha sido perforado, y a medida que sacan el petróleo, queda vacío. Se va la soberanía y con el dinero vienen los vicios…”
Fragmento de “Los Riberas” de Mario Briceño Iragorry, 1957
Los crecientes y notables desajustes económicos, que están
afectando de manera preocupante el consumo básico de los venezolanos, lo cual
evidentemente tiene un correlato en el clima político nacional, nos invitan a
poner sobre la mesa una fundamental pregunta: ¿estamos en una crisis en
Venezuela? La respuesta depende de la mirada histórica del proceso.
Si una crisis es una “ruptura” que da paso a una mutación
importante en el desarrollo de procesos históricos, entonces cabe preguntarse
¿cuándo se inicia dicha mutación? La variable renta petrolera, es la
variable fundamental que sobredetermina la realidad social, política y
cultural de Venezuela, por lo tanto, las bases de los grandes desajustes
actuales nacen de un proceso que se da desde mediados de los 70 y tiene su
momento declarativo en el llamado “Viernes Negro” de 1983. A partir de este
período, los pilares de la sociedad rentista comienzan a resquebrajarse, e
iniciamos en Venezuela un período de desequilibrios estructurales que, con
grados de severidad variables, se mantiene hasta nuestros días. Los
desequilibrios actuales son expresiones de una misma crisis estructural de
nuestro modelo rentista, inserta a su vez en una crisis civilizatoria global.
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