Conferencia dada en el Encuentro de los Pueblos del
Abya Yala por el Agua y la Pachamama
Cuenca-
Ecuador
Crisis civilizatoria
Raúl Zibechi
Uruguay
21 de junio del 2011
Muchas
gracias. Buenos días, a todos y todas. Una enorme alegría estar aquí
compartiendo con todos de los compañeros y las compañeras de diferentes pueblos
y diferentes países.
Todos unidos por lo mismo, por resistir, por no dejarnos, por no ser serviles
ante los poderosos, se vistan del color que se vistan esos poderosos.
Entonces, un saludo rebelde, un saludo revolucionario a todos los pueblos de
América Latina que luchamos contra el extractivismo y contra la dominación.
Voy hablar brevemente sobre el extractivismo:
Tenemos dos formas de vidas simultáneas, que no son de vida las dos, no. Son
dos modos de ser opuestos y antagónicos hoy:
Un modo que es la especulación y otro que es la producción. La especulación es
muerte, es robo, es destrucción, es capital, es capitalismo, es extrativismo,
es minería, son monocultivos, es producción de mercancías y es producción de
pobreza, y es también, de eso voy a hablar, militarización, genocidio.
Finalmente estamos lo que le apostamos a la vida, a la necesidad de crear todos
los días nuestros alimentos, nuestras formas sobrevivir, pero también nuestros
sueños y nuestra esperanza. Lo hacemos en colectivo en comunidad, en minga como
podemos y como aprendimos a hacerlo.
Lo primero
que quiero abordar. ¿Por qué hoy tenemos un modelo del extractivista? ¿Por qué
hoy la minería a cielo abierto? ¿Por qué hoy la explotación de la tierra? ¿Por
qué hoy la forestación, es lo que tenemos en el sur yo vengo de Uruguay, para
fabricar celulosa? ¿Por qué la soja, la palma? Etcétera.
Bueno, vivimos, yo creo, en una segunda fase del neoliberalismo. La primera
fase fue en los noventa, ustedes la vivieron, y contra ella, aquí en Ecuador,
hicieron varios levantamientos. Fue la privatización. El neoliberalismo
aterrizó en América Latina privatizando, robando, destruyendo el estado
apropiándose de todo ello que habían construido los pueblos, y que una parte
eran grandes empresas estatales. Esta etapa se terminó más o menos en el
año 2000. No se terminó porque sí, la terminamos nosotros con las resistencias
hubo decenas de levantamientos populares en toda América Latina, desde México
hasta el sur de la Patagonia. Aterriza ahora, una segunda fuerza, una segunda
etapa neoliberal, que es esta que llamamos extractivismo, que ya lo estamos sufriendo
en estos momentos.
Hoy tenemos un cambio fundamental en el mundo. Es la crisis del centro. El
mundo se ordenó entorno al centro y las periferias. Las periferias ósea los
países del sur éramos explotados y nuestras riquezas iban a engrosar las riquezas
del norte. Hoy eso cambió, ya no puede seguir siendo así.
Hoy los países del centro están atravesando una crisis muy fuerte, con ello
está en crisis la producción. Hoy el capital no le interesa la producción
como forma principal de la acumulación. Y no le interesa la producción por algo
que me parece que tenemos que comprender a fondo. La producción es el espacio,
producción rural, campesina, comunitaria, fabril, urbana, porque la
producción es donde hay seres humanos, personas, hombres y mujeres. Y en ese
lugar “los de abajo” aprendimos a resistir, a organizarnos, de modo que le
dificultamos al capital la explotación, la apropiación de plusvalía, de plus
valor. Entonces hoy están abandonando la producción y están intentando acumular
en la especulación, en las finanzas y en esto que es estractivismo.
Los de abajo no nos dejamos porque hubo hecho las haciendas, en las fábricas,
en las ciudades y en los campos. Entonces el capital subió un escalón y se
convirtió en capitán especulativo se especula con el oro, se especula con la
plata, con la tierra, con el agua, ósea se especula con la vida. Hoy en día los
productos que se más valorizan son: los minerales preciosos, ósea oro, plata,
etc., y los alimentos. Ósea hay una especulación pero con la vida. Esto quiere
decir que al capital, al dar ese salto a otro lugar, lo que le está afectando
es la gente.
Nosotros los seres humanos somos un estorbo para la acumulación del capital. Y
eso tenemos que tenerlo, a mi modo de ver, muy claro porque independientemente
de quienes estén en los gobiernos si no modifican esto van a seguir
haciendo trabajo para poderosos. Este modelo, en segundo lugar tiene una
cantidad de problemas. Yo los voy a enumerar nada más porque ustedes los sufren
y los viven a diario y es parte del modelo.
En primer lugar: No hay extractivismo, no hay minería, no hay soja, no hay
monocultivos sin militarización de la sociedad… Esto no es que sea un error, la
militarización, es parte de modelo. No hay minería a cielo abierto, mega
minería sin militarismo. Uno puede no verlo en la ciudad de donde vive, si vive
en la ciudad, pero si se acerca un poco verá un entorno cada vez más
militarizado. Y en Paralelo a, la militarización va la criminalización de
las protestas, que les voy a decir a ustedes aquí que tienen creo que alrededor
de 200 personas criminalizadas por defender la tierra y defender la comunidad.
En segundo lugar genera una creciente polarización social y económica.
Esto es muy perverso porque la minería, o la soja, los monocultivos, como sea
la cara del modelo en los diferentes países siempre genera esta polarización
social. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada más pobres. Y
esto es muy perverso y muy terrible. Los gobiernos sobre todo los llamados
progresistas intentan esa polarización aminorarla o contenerla con las
políticas sociales, No es casualidad que solo en Brasil haya cincuenta millones
personas que reciben el Plan Bolsa Familia, el Plan Hambre cero. ¿Por qué?
Porque no hay extractivismo sin políticas sociales, ósea sin dar migajas a los
pobres para evitar el estallido social. No es que detrás de estas políticas
sociales haya un interés en justicia social, en hacer un reparto de bienes, en
que la desigualdad sea menor, no, lo que hay es solamente un interés en que la
gente tenga lo mínimo para que no se revele. Por eso las políticas sociales
siempre van acompañarlas con una enorme cargar de la publicidad, de
discurso para la aminorar la protesta. Y cuando hay protesta, criminalización.
Estamos entrando en una fase en varios países, yo diría en casi todos los de
Sudamérica por lo menos, en la cual ni siquiera las políticas sociales y la
criminalización que van juntas son capaces de frenar la protesta, entonces creo
que en los próximos años vamos a ver un repunte de la protesta, ya hay
algunos elementos de eso en Bolivia fue muy claro en diciembre con el
gasolinazo, en Argentina hay elementos claros de que se está desbordando las
políticas sociales, los hermanos mapuches en Chile estos días también lo están
haciendo. Y por supuesto, destruye la vida, destruye la naturaleza, contamina.
Quizá la contaminación es lo primero que vimos y nos resistimos al modelo
porque es inocultable la contaminación, que durante todo el tiempo focalizamos
nuestra crítica en el tema ambiental que es muy importante, pero creo que hoy
es necesario ampliar el debate a todos los demás aspectos que he mencionado.
¿Qué es esto? Esto es un nuevo colonialismo. Un colonialismo distinto al que
hicieron los españoles, pero colonialismo al fin. Creo yo, no hay ningún
documento ni del Banco Mundial, ni del Fondo Monetario, ni de ningún gobierno
que diga cuál es el proyecto sociedad que tienen. Pero si nosotros vamos viendo
que tienen reservado para nosotros, podemos intuir que detrás de esto, de este
proceso extractivo, neocolonial hay un proyecto de sociedad que se está
aplicando, ese proyecto de sociedad condena a los pobres primero que nada a
seguir siendo pobres.
En segundo lugar, a vivir en los peores lugares, ambientalmente hablando,
geográficamente hablando, en las ciudades en los márgenes de los arroyos
contaminados, en el campo en los lugares de peor calidad de tierras, en las
alturas o en lugares donde no pueden sobrevivir los campesinos y los indígenas.
En tercer lugar en la medida en que se apropian de los bienes comunes
como el agua, están condenados no a vivir sino a sobrevivir en condiciones cada
vez, peores.
En cuarto lugar, a esos pobres, este es un proyecto que es muy avanzado en las
ciudades, se los aísla en lugares amurallados, en muros, dentro de muros.
Aislados de modo que para salir tengan que pedir permiso a la policía o a la
autoridad. Ósea la pobreza que es más de la mitad de la humanidad del sur,
tiende a ser encerrada y vigilada rigurosamente… Entonces creo que este es el
proyecto del capital en esta etapa y creo que tenemos que tenerlo claro, no
para que nos angustie ni nos agobie, sino para pensar que delante nuestro hay
un proyecto genocida, un proyecto de exterminio, hoy los seres humanos, repito
lo que dije al principio, somos un obstáculo para la acumulación de la riqueza
por parte de las clases oligárquicas. Antes en la época fabril o en la época
del campesinado, la fabrica y el cultivo de la tierra era a través de lo que
los explotaban, el obrero trabajaba 8, 10 horas y el capitalista tenía una
ganancia de su trabajo, lo mismo el intermediario o el dueño de la hacienda en
el campo. Hoy en día ya no funciona esto, ya ellos no se enriquecen con nuestro
sudor, se enriquecen especulando, y este viaje que ha hecho el capital, este
cambio estratégico que ha hecho el capital es lo que nos condena a nosotros a
muerte.
Entonces tenemos que asumir que ese es el proyecto de ellos para elaborar y
para potenciar nuestro proyecto. Que no puede ir de la mano ni del proyecto de
ellos, por supuesto el proyecto económico es la minería, la soja, etc. Ni si
siquiera del proyecto político de ellos, focalizado a mi modo de ver en los
estados-nación. Los estados son hoy un mal menos que para algunas cosas nos
sirven y a mi modo de ver nos crean muchos problemas.
Si pudiera decir en que parte del mundo este proyecto está más avanzado diría,
hoy en Palestina. El proyecto de ellos es que vivamos todos en algo similar a
lo que es la Franja de Gaza, que es una pequeña franja donde a un lado está el
mar y donde la marina impide que lleguen barcos con ayuda humanitaria para los
palestinos que viven en la Franja de Gaza y del otro lado un cerco
militarizado, hay que hacer horas de cola para poder salir de ahí y no hay
agua, no hay electricidad y está todo racionado.
Tenemos que resistir y tenemos que armar nuestro proyecto de vida desde esos
lugares, desde lo que fue para los nazis los campos de exterminio, y aprender a
vivir de este modo y aprender a resistir de este modo y sobre todo aprender a
revelarnos desde estos lugares, supone un par de cosas que quisiera finalizar
mencionándoles.
En primer lugar la rebelión tiene que ser preparada y tiene que ser
cuidadosamente organizada, ¿qué quiere decir con esto? Que no podemos
permitirnos el lujo de, cuando se dé una ocasión de rebelarnos, equivocarnos. Y
menciono la rebelión en primer lugar porque aunque podamos utilizar el estado o
las elecciones u otros instrumentos para levantar nuestras demandas, en lo
fundamental no es por ese camino como nos vamos a emancipar, sino es a través
de la rebelión, esa es la primera cuestión, pensar que la única forma que
tenemos de neutralizar, de echar abajo este modo de dominación es a través de
la rebelión. Ustedes desde el levantamiento del Inty Raymi en 1990 tienen
muchas experiencias de rebeliones ya han logrado frenar muchos de los
planes del modelo neoliberal en este país, es un ejemplo y hay otros ejemplos
en América latina, en Bolivia, en Argentina en Perú, el más reciente fue la
impresionante revuelta Bagua en la selva peruana.
En segundo lugar la relación entre nosotros, entre los de abajo es mucho más
importante que la relación con el de arriba. Es inevitable por nuestra cultura,
por la trayectoria, por los países en que vivimos que tengamos relaciones
con el aparato estatal, como no tenerlas, pero en nuestras cabezas, en nuestros
programas, en nuestros planes de trabajo el vínculo entre los de abajo es lo
fundamental. Hay que crear comunidad incluso ahí donde no hay comunidad y el
desafío principal hoy es crear comunidades resistencia en las regiones urbanas,
que es la clave del futuro, entonces para terminar, no hay futuro sino
resistimos, no hay futuro sino nos rebelamos, pongámonos a trabajar con
conciencia, con seriedad, con dedicación para que las rebeliones del futuro que
inevitablemente vendrán, serán emancipatorias, sean un éxito y no un fracaso.
Muchas gracias
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